martes, mayo 08, 2007

Argentina sin radares

A cualquier argetino, supongo yo, le da algo de vergüenza que su país viva sin radares ni militares ni civiles, con avionetas llenas de contrabando colandose por la frontera norte y con aviones de pasajeros a punto de colisionar cada tanto.

Sin embargo, esta situación, que no se da prácticamente en ninguna parte del mundo (hasta los países más pobres tienen, según sé, radares en sus aeropuertos principales) , es todavía más vergonzosa, desde el momento en que las autoridades, civiles y militares, cierran los ojos, agitan la cabeza diciendo "no" y se tapan las orejas con las manos, para evitar ver la realidad que pronto les podría estallar en la cara.

Para los que no sepan, el control de las actividades aeronáuticas estaba bajo control de la Fuerza Aérea Argentina hasta hace poco (situación heredada de la dictadura y que solamente se repetía en Nigeria). Controladores aéreos, el pronóstico del tiempo, todo lo que estaba a unos metros por encima de la superficie era controlado por ellos. Esto se terminó con sucesivas denuncias de corrupción e inoperancia, cuando un conocido director de películas y antiguo piloto filmó un documental que desnudaba el estado pésimo en el que se trabajaba, y el grave problema de los controladores aéreos.

A eso se le suma que en los principales aeropuertos de Buenos Aires el radar está dañado desde hace tiempo y ahora finalmente no funciona, lo que hace que se tenga que volar como en la década del 50: aproximaciones visuales, mucho diálogo entre pilotos y controladores, y una separación de 10 minutos entre avión y avión, para prevenir colisiones.

Todo eso, sin embargo, no tapa el sol: hace unos días una asociación mundial de pilotos civiles advirtió a sus asociados que, al operar en aeropuertos argentinos, deben tener la máxima precausión.

Y pasa lo que debía pasar: por suerte no un accidente en toda regla, pero sí una advertencia. Que estos señores seguirán ignorando, a pesar de que puede haber costado la vida de centenares de personas. ¿Lloraremos nuevamente sobre la sangre derramada?

Para tener una idea, les sugiero este artículo, del cual comento algunos pasajes.

Desde los gremios se denunció que dos aviones estuvieron a punto de colisionar en la ruta entre Córdoba y Buenos Aires. Sin embargo, las empresas no lo denunciaron y la ministra de Defensa atribuyó las denuncias a “sectores interesados en ocupar el espacio” que deja libre la Fuerza Aérea en el control del tráfico de aviones.


Mejor que haya empresas interesadas... que haya alguien!!! ahora no hay nadie custodiando los cielos. Mejor que haya empresas que quieran invertir y mejorar el servicio, no como el Estado que no ha invertido dinero en décadas para comprar mejores sistemas. Lamentablemente esa es la realidad.

Pablo Biró, secretario gremial de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), denunció ayer una “cuasi colisión”, que se habría producido “entre un avión de United Airlines y otro de Andes, entre las ocho y las nueve de la mañana, en el límite entre Buenos Aires y Córdoba”. El incidente se habría resuelto “gracias al TCAS (Traffic Colision Avoidant System), equipo que, a bordo del avión, detecta el riesgo y da directivas al piloto para una maniobra evasiva”. El titular de la Asociación de Controladores de Tránsito Aéreo (ACTA), César Salas, también sostuvo que “un avión MD 80 de la empresa Andes tuvo que bajar abruptamente dos mil pies (algo más de 700 metros), al estar en la misma línea de 35 mil pies que un Boeing 777 de United, a una distancia de unos 20 kilómetros; a esa distancia, el choque se puede producir en segundos”. El dirigente de Controladores citó como causa “que no hay cobertura de radar”.


400 personas? desconozco la suma total de ambos aviones; cuyos pasajeros podrían haber sido víctimas instantáneas. Lo curioso es que el anuncio de la Ministra de que todo estaba bien vino con poca diferencia del incidente... y según veo en la televisión, en uno de los aviones viajaba, aparentemente, uno de nuestros ministros Fernández (el de los superpoderes). Miren que estuvieron también a punto de perder un gobierno, que es año electoral y pierden un ministro por sus mentiras...

Garré observó que, si las empresas aéreas internacionales advirtieran situaciones de peligro, “lo primero que harían sería cancelar los vuelos a la Argentina, ya que no correrían semejante riesgo”


¿Vamos a esperar a que lo hagan? Estamos cerca...

Marcelo Paredes, jefe de la torre de control de Ezeiza y miembro de ACTA, prefirió no citar la fuente que, en su gremio, habría señalado la cuasi colisión, ya que “queremos preservar la integridad física del controlador”, quien habría sido amenazado con sanciones por sus superiores de la Fuerza Aérea.


El artículo menciona varias veces sobre los intereses que siguen teniendo los militares por no soltar un mercado tan jugoso, en el que ellos tenían un control monopólico. Se maneja mucho dinero y poder, y aquí lamentablemente hay muchos militares de otros tiempo, no de los democráticos y más jóvenes, que todavía no llegan a esa parte de la cadena de mando. Personas que por cuestiones de status podrían seguir volando con aviones de papel.

Con respecto a los controladores aéreos, dice el artículo que deberían ser 36 y son 16 en Ezeiza... De manera que el problema no es solamente tecnológico, sino de voluntad. Lo ideal es que ambas partes, técnica y humana, estén bien coordinadas.

En fin, me retiro con mi vergüenza de argentino, que no vale mucho ante la sobreoferta. También hay inflación de eso (a pesar de que el gobierno inventa un nuevo índice para decir que hay deflación).

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