sábado, marzo 29, 2008

Definición

Una democracia no está segura si el pueblo tolera el crecimiento de un poder privado hasta tal punto que se convierte en más potente que el propio Estado democrático. En esencia, eso es el fascismo.

Franklin D. Roosevelt

miércoles, marzo 26, 2008

"Como un trofeo de guerra"

Palabras de un periodista anónimo.

Si decíamos que el peronismo es un grupo parapolítico, paramilitar, nuevamente lo probamos anoche los argentinos. A la manifestación pacífica, masiva y descentralizada de la gente de a pie, que se dio en Plaza de Mayo y otros lugares del país, se le enfrentó el ejército proletario del peronismo.

¡Y qué ejército proletario! Bandas de "descamisados" (ahora habría que decir "desremerados"), con tambores, estandartes y todo lo demás. Como una banda invasora, coparon con amagues de violencia la Plaza de Mayo. No queriendo confrontación la manifestación pacífica se retiró portando solamente sus banderas argentinas y sus ollas, símbolo de una agrupación espontánea.

La organización piquetera oficialista sigue con su revolución, pensando siempre en la lucha armada, apenas matizada por el hecho de que el peronismo es una facción política. Sin duda son ya, desde hace tiempo, grupos armados organizados. Justo lo que la gente no quiere.

Era un grito repetido anoche, una creencia de muchos, que las retenciones al agro van, en gran medida, para mantener a toda la burocracia sindical paralela, el brazo armado proletario del actual modelo de política paramilitar. Modelo que se paga con comida, pues estos proletarios son más bien desempleados que viven de planes sociales (legales) y de muchos "trabajitos", como pueden ser, justamente, ir a hacer ruido a una manifestación.

Hace tiempo Perón dijo que los militares le tenían miedo a las multitudes. Uno de sus grandes aciertos políticos fue, justamente, encontrar una forma de encausarlas. Como él era militar, lo hizo de la manera que mejor sabía: dándose una figura a la cual obedecer y organizándola en cuadros. La misma estructura con la cual organizó a todas las entidades peronistas de su época.

Actualmente este brazo armado ya no son los trabajadores, sino las patotas sindicales y muchas personas que, estando desempleadas, son manejadas por allegados al gobierno. La existencia de este tipo de organizaciones es una de las confirmaciones de que el movimiento justicialista es un grupo parapolítico y paramilitar, un híbrido extraño que no tiene muchas comparaciones en otras partes del mundo.

Leo algo de lo anterior y casi me parece que no lo hubiera escrito yo, sino un pensador de la derecha recalcitrante. Pero no. Más bien soy de izquierda, son socialista. Justamente por eso no quiero tropas en la calle, sean o no uniformadas.

martes, marzo 25, 2008

Civil no es militar

Si decimos que Perón era nazi, parece una exageración (aunque muchos fuera de Argentina no lo creen así). Sí era, según muchos, filonazi; tenía sin lugar a dudas una forma de hacer las cosas muy similar a los gobiernos autoritarios de Alemania e Italia, que él tanto admiraba públicamente.

Si decimos que el peronismo es un movimiento paramilitar, parece una exageración (y posiblemente lo es). Sí es, creo yo, un partido político paramilitar, y es una de las creencias que los hechos siguen fortaleciendo. Hechos como los que están pasando ahora en Argentina.

El peronismo es un movimiento político que se apoya en la Lealtad. No por nada su máximo día es el Día de la Lealtad. ¿Hacia la patria, o algo así? No, hacia un líder. Incontables son los ejemplos en donde la palabra leal es usada para alabar a otro. También escuché muchas veces la palabra coraje, valor, valentía... palabras bastante militares, usadas para ensalzar a la actual presidenta de los argentinos.

El peronismo es un movimiento político paramilitar. Se basa en la obediencia, en el cerrar filas. Se critica a la Unión Cívica Radical de dividirse constantemente; el peronismo es su reflejo invertido, porque nunca puede dividirse. Desde hace tiempo es una bolsa de gatos amorfa, que incluye a todo tipo de ladrones, neoliberales, montoneros y quien sabe qué más cosas. Nunca pueden resolver el tema de su identidad, porque la identidad no es importante como un hecho, sino como una persona. La identidad es el líder, ese que engendra la lealtad.

¿Y qué se supone que hace el resto, el que no es leal? Es un antiperonista. El discurso de peronistas-antiperonistas de hace medio siglo fue fundado por los peronistas mismos, en su continua búsqueda de identificarse contra un otro, y no con referencia a otro.

De manera que, cuando el actual gobierno toquetea el índice de precios para decir que no hay inflación, los medios y las amas de casa que se quejan son antiperonistas. No importa que nadie crea fácticamente en un índice de inflación casi nulo: todos los días la comida y los servicios no paran de subir. Los alquileres están por las nubes y cada tanto se disparan los precios de las cosas más básicas. No, pero el que se queja es un mentiroso y un antiperonista, porque no es leal. Porque no ve lo que el líder quiere que veamos.

Argentina nunca saldrá adelante mientras haya peronismo. Este movimiento parapolítico y paramilitar concibe la política como enfrentamiento, no como diálogo. No puede buscar democracia, debe buscar dominación. La demostración más patente: la presidenta insultando a los agropecuarios que ejercen su derecho a hacer paro.

Como movimiento político, el peronismo está terriblemente teñido de conceptos militares, y por lo tanto, autoritarios. Son cientos los ejemplos de funcionarios que opinan una cosa y hacen otra porque así lo manda la superioridad: el más patente es el del actual ministro de Economía, que en su libro dijo que las retenciones al agro debían ser mínimas, y ahora las aumenta al 44%. ¿Porqué no renuncia, como lo hacen los funcionarios de todo el mundo cuando el superior exige algo con lo que no se está de acuerdo? Pues por eso mismo, porque los convertiría en antiperonistas, y peor aún, un antiperonista traidor, para más escarnio.

Obediencia y lealtad son conceptos militares. Los comprendo y los alabo, porque en ellos se ha ido la vida de miles de valientes defendiendo sus ideales. Los comprendo y los alabo dentro de la parcela militar que toda sociedad tiene. Pero afuera de esa parcela, son dañinos para la democracia, y hay que erradicarlos como la plaga.

lunes, marzo 17, 2008

Actualización hard y soft

Bueno, finalmente estoy de nuevo en línea con el sitio.

En este mes he actualizado computadora, gracias a mucho esfuerzo, así que ahora se me hace más fácil y rápido cualquier tarea relacionada, desde abrir archivos gráficos hasta navegar. Antes dependía de una computadora que no era mía, así que ahora tengo mucha más libertad.

Y ahora que ya estaba totalmente instalado, con todo hecho a mi medida, venían la actualización del Leopard 2 (muchas muchas gracias a Feldcap en el foro de PTMA que siempre está pasándome datos) y la despedida definitiva y final del F-117, evento importantísimo pero lamentablemente, creo yo, poco dado a conocer por muchos incluso dentro de nuestro rubro.

Para los meses que vienen ya tengo planeados grandes cambios, así que sigan sintonizando.

domingo, marzo 09, 2008

Servir y ser servido

Estaba por escribir esta entrada y me encuentro con una que trata de algo similar en Blimdablog (que además recomienda un libro excelente como es Starship Troopers, de Robert Heinlein).

¿Es necesario servir para aprender a servir? Se podría resumir todo el asunto en esa frase, aprovechando un cierto doble sentido en el verbo. También podríamos decir, ¿serán mejores políticos, incluso mejores presidentes, los que ya hayan servido en las fuerzas armadas?

Para los que no sepan, el libro plantea como trasfondo una sociedad futurista en la cual solamente pueden ser sujetos políticos (votantes o elegidos) los que previamente hayan servido en alguna rama de las FFAA. La propuesta puede parecer bastante facista, y sin duda es uno de los argumentos que muchos esgrimieron en contra de Heinlein (mientras otros lo tachaban de pacifista o filocomunista... hay de todo por allá afuera).

Sin embargo, pienso siempre en el príncipe Andrew, sirviendo como piloto de helicóptero en Malvinas. Desde chico me preguntaba qué tipo de país mandaba incluso a sus príncipes a luchar. Suena muy extraño en un mundo en donde muchas cortes han desaparecido, y en donde los políticos y sus prebeyas familias a veces tienen enormes ventajas sobre el común de la gente.

Pero la larga cadena de tradiciones inglesas no se detiene allí. El príncipe Harry no quiso cortarla y parece que ha movido cielo y tierra para no hacer su servicio militar en vano. Finalmente fue destinado a Afganistán, en donde peleó como cualquier ciudadano. Lamentablemente tuvo que hacerlo en el secreto creado artificialmente por un gobierno británico que todavía tiene mucha influencia (buena o mala, según lo veamos) en los medios. Solamente cuando un blog descubrió el hecho y todos se hicieron eco del mismo, Harry tuvo que volver a casa, evidentemente decepcionado.

Pero regresando a la pregunta, ¿haría el servicio un mejor presidente? Tal vez no se pueda saber. Pero hay casos a tener en cuenta.

Recuerdo el caso de Eisenhower, quien como antiguo militar, dicen que no tomaba en serio las cifras abultadas pedidas por los presupuestos militares, sabiendo por experiencia propia que mucho de ese dinero se desperdiciaba en proyectos ridículos, quedaba perdido en la burocracia... o cosas peores. Claro que el suyo fue un caso excepcional, habiendo sido no solo soldado sino militar de carrera con grandes rangos y habiendo tenido enormes responsabilidades como las del desembarco en Normandía y todo lo que siguió.

Pero, ¿cuál sería el punto en el cual no habría excepciones? En el hecho de que todo ciudadano, noble o plebeyo, que sirva activamente en un conflicto debería, en el futuro, conocer de primera mano qué es eso que se llama guerra. Tal vez sea un pésimo administrador, o un mal negociador, sea corrupto o inepto. Pero sabrá a donde manda a los hijos de su nación.

Pienso en Kennedy en los 13 días en los que el mundo podría haber terminado, espiando y negociando a destajo con tal de evitar otra guerra. Una que le había costado un hermano (Joseph Kennedy, operación Afrodita, 1944) y casi la vida en un incidente poco común en el Pacífico, siendo condecorado por esa y otras acciones.

Ahora ni Andrew ni Harry puedan tomar decisiones sobre el tema, pero evidentemente su nación sabe que, si son enviados a la guerra, es por algo grave. Funcionan como ejemplos de que nadie está por encima de la ley y de la necesidad de servir; marcan la necesidad de sacrificarlo todo en determinados momentos, algo que las sociedades modernas, tan ególatras y poco altruístas, han ido perdiendo.

¿Qué me falta por pensar? Pues sí, en George W. Bush. Al menos su padre sirvió y sufrió como todos. Él no. Pasó Vietnam en la reserva, donde algunos dicen que fue puesto por contactos paternos para evitar el reclutamiento. Una opción que muchos no tuvieron. Curiosamente, le ganó en las anteriores elecciones a un veterano condecorado de Vietnam. Ahora el candidato de su partido es otro veterano de Vietnam, uno de los soldados y políticos más respetados de su país, John McCain, que pasó mucho tiempo prisionero del enemigo en pésimas condiciones.

A lo mejor, si es elegido, McCain sí sepa donde mandar a sus muchachos, cuando haga falta, y no se dedique a inventar guerras donde es más conveniente, acarreando miles de heridas y muertes sin verdadera necesidad.

Al menos puedo respetarle, al igual que a los príncipes ingleses, el hecho de que se haya sacrificado para servir, aprendiendo luego cómo servir mejor a los demás.

lunes, marzo 03, 2008

Problemas de vecinos

Y al final las cosas estallaron. Dos embajadas menos en Bogotá y tropas por todos lados. Amenazas de acá, de allá. Presidentes dando órdenes de bombardear fuera de la frontera, y nos acordamos de Laos y Camboya. Presidentes dando órdenes a cancilleres y generales por la televisión...

¿Qué está mal, qué está bien? El tema es que cada uno hace lo que quiere...

¿Es exagerado quitar la embajada venezolana? Pues yo creo que sí. El problema con la visión de Chávez es que hace diplomacia como uno habla en el bar de la esquina. Y no es así. La diplomacia no equivale al trato entre personas, porque es el trato entre países. No es serio que diga que tal presidente es un lacayo o un esclavo, o un idiota o lo que sea. Así es como se habla en la calle, y al final todo parecería una pelea de borrachos, a ver quién insulta peor y quien se anima a los golpes primero.

Sí, la muerte de este líder de las FARC entorpece las negociaciones por intercambio de prisioneros, por no decir que las tira al caño. Pero en un país normal con un presidente normal, no se cortan relaciones. Se "deplora el uso de la fuerza" en un asunto que estaba en diálogo. Se "lamenta la decisión" y "no se comparte el punto de vista". En definitiva, no estoy de acuerdo con lo que haces, pero te comprendo y sigo por mi lado tratando de hacer lo mío. Lo cierto es que Chávez no acepta otras opiniones. Para él estás de su lado o eres una mierda. Y punto.

Claro que Uribe no dice nada. No tiene mucho para decir, ya los hechos hablan por él. Que hizo mal en meterse en Ecuador, pues sí. La golosina era muy dulce y al tratar de sacarla de la vitrina, se cortó. ¿Se cansó de algo? Probablemente, porque se confirma que las FARC operan desde fuera de la frontera de Colombia, y eso no debe ser nuevo. Pero también ¿se cansó de que Chávez estuviera ganando puntos y él no? Puede ser. Después de todo, aparentemente el "rojo" estuvo liberando gente sin tirar un solo tiro, que es mucho más de lo que logró el "facista" en estos años.

La coincidencia entre la liberación de unos y la muerte de otros da qué pensar, pues esas operaciones se planean por semanas, tal vez meses, hasta que hay un poder militar o político que da el "go". ¿Qué debería haber hecho el "lacayo de Bush"? Pues justamente lo que no hace el "gorila rojo". No actuar de buenas a primeras, sino denunciar el hecho a la comunidad internacional, presentar pruebas de todo tipo y esperar a que el resto del mundo se pronuncie. Después de todo, las FARC son fuerzas terroristas declaradas por todos... bueno, por casi todos.

Pero, ¿Ecuador también las piensa como fuerzas revolucionarias que hacen algo bien? Eso no lo sabía. Al final, la reacción de Correa pareciera la más lógica. A él fue a quien le invadieron el patio tirando misiles y llevándose el cuerpo del delito. Si bien lo de la retirada de la embajada me parece excesivo, se entendería lo de la protesta y enfriamiento de las relaciones. Correa debería haber estado al tanto de la presencia de las FARC, tanto por sus propias fuerzas armadas como por comunicados con Bogotá. Eventualmente, si se ve el espacio, se le pide permiso para realizar una operación transfronteriza, que las ha habido y muchas en la historia, y listo. Tú ya sabías que no eran fuegos artificiales.

Pero al final vemos qué tipo de vecinos tenemos. Porque, después de todo, si yo mato a un ladrón del otro lado de la cerca, mi vecino puede enojarse, pero teóricamente se le pasará al ver que ese ladrón era también una amenaza para él. A lo mejor con el tiempo vuelve a saludarme, cuando comprenda mi dilema y acepte mis disculpas.

Ahora, si mis vecinos estaban escondiendo al ladrón... es otro tema.

sábado, marzo 01, 2008

Embriagándome en libros

Ayer fue la culminación de una semana endemoniada. Incluso el último acto me llevó al extremo, al límite del ataque. Estoy acostumbrado a que todo me pase a mí, pero, ¡cuatro locales de WU para poder cobrar una transferencia tan crucial! No, es demasiado. Dos habían cerrado hacía poco, y en el otro no tenían dinero... y luego un formulario. ODIO los formularios.

Pero en fin, cobrado el dinero, más que pensar en mi nueva computadora, pensaba en ahogar mis nervios en libros. Los cuales eran el segundo objetivo de la tarde, así que fui.

Ya disfruto de mis nuevos volúmenes de la enciclopedia visual de La Segunda Guerra Mundial (Time Folio), que compro en locales de saldo a precios más que interesantes. Realmente desearía poder comprarlos no de a 2 sino de a 20, pero el presupuesto... Ahora leo con asombro las anécdotas del tiempo de guerra y el racionamiento en EEUU.

También otro volumen de la colección Vida y costumbres de la Edad Media, de Sopena, dedicado a... El arte de la guerra, como debía ser. Recuerdo que cuando descubrí la colección fue obviamente el primer número que quise, pero la necesidad me llevó antes a comprar el de vestidos. Realmente descubrí cosas muy interesantes y apasionantes en los grabados de espadas y armaduras.

Y de postre, un CD de Mozart. La verdad que la cajera debe haber pensado que tenía amplitud de gustos... y eso que no podía gastar más dinero. Si no creo que me elegía otro CD, pero de tangos, algún comic y tal vez algo de Shakespeare, para seguir engrosando la colección de Libros Que No Tengo Tiempo Para Leer.