lunes, julio 27, 2015

¿Cómo se detectaban aviones enemigos antes del radar?

Es muy conocida la historia de la creación del radar por científicos ingleses, que gracias a este oportuno descubrimiento pudieron torcer el brazo aéreo alemán, salvando a su país de la devastación total y evitando una posible derrota.

Sin embargo, los aviones como herramienta militar existieron por casi tres décadas antes de ese momento histórico. Durante estos largos años, que incluyeron otra guerra mundial, las formas de detección eran mucho más extrañas y primitivas.

Todas incluían el sonido. Y para escuchar bien, nada mejor que un buen par de orejeras.

Con una estructura de tela y madera, los aviones de la época eran frágiles. No tenían cabinas presurizadas, de manera que volaban relativamente bajo, ya que no podían elevarse a alturas en las que el aire fuera escaso. Además, los motores tendían a ser grandes y generalmente ruidosos: no había espacio ni capacidad de carga para carenarlos bien o ponerles pesadas cubiertas que eliminaran el ruido. Por lo que, si uno tenía un oído en el cielo, podía llegar a escuchar, con cierta anticipación, la llegada de una escuadra enemiga. Incluso, con algo de suerte, a un avión solitario.

De manera que rápidamente, muchas naciones comenzaron a experimentar con todo tipo de implementos que pudieran aumentar la capacidad auditiva de los vigías. Estos iban desde aparatos individuales, como los de la figura a la derecha, como otros, más aparatosos y menos portátiles, que parecen todavía más chistosos:


La eficacia de estos aparatos era muy relativa, ya que el viento, la diferencia de temperaturas en capas del aire, la humedad y otros factores hacen que el sonido viaje más lento, se disperse o rebote, lo que muchas veces no ayudaba en nada. Sin embargo, como suele decirse, estos aparatos eran mejor que no tener nada.

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